En un encerrado cubículo de escritorio, me siento frente al computador con ganas de patearlo por lo que tengo que hacer. 15 horas frente a una pantalla de alta definición no es precisamente un linda manera de pasar el día, y si bien, se que afuera hay gete que esta mucho pero que yo, definitivamente hay veces en que me daría gusto volver a caminar por la calles y ver mas aya de los 60 cm. que tengo en frente.
Me decido a levantarme y ponerme a caminar entre la gente...
Tecleo.
Tecleo.
El arrepentimiento me corroe, es tan significativo el hecho de que un maldito "ordenador" este dominado mis días, tal vez la palabra no se refiere a lo ordenado que peden llegara estar los archivos que ingresamos cada día...tal vez se refiere a que nos da ordenes sin sentido, totalmente contrarias a nuestra naturaleza, nos controla la hora de llegada, la de salida, la de colación, la de ir al baño, la del rato que tenemos que estar sentados frente a sus malditos ojos, viendo el reflejo de un tipo cautivo, en medio de los unos y ceros que nos llevan a estar cada día y cada vez mas rato sentados frente a una pantalla.
Pantalla del computador, de tubos, de plasma, de LCD, en la pieza, donde trabajamos, en las calles, en los mall, en la cocina...por Dios! hasta los refrigeradores traen pantalla ahora!
Será que en nuestro instinto de no estar solos, nos queremos acompañar por estas ventanas que cambian de contenido? si me gusta Van Gogh, click! si me gusta la música, click! si me gustan los juegos, click! pero a nadie le atrae una pantalla apagada, electrónicamente muerta, a nadie le gusta pintarla (vienen pintadas de fabrica) a nadie le verse reflejado en una, sienten u escalofrió en lo recóndito del alma, al verse a ellos mismos abandonados tras un cristal.
Y así, los "ordenadores" rigen nuestras vidas en las cuales creemos que somos entes únicos e irrepetible, siendo que no somos, nada as que un amasijo de telespectadores, en espera que la luz de nuestra pantalla interna se encienda...