viernes, junio 26, 2009

ADVERTENCIA AL LECTOR
Nicanor Parra / Poemas y Anti.Poemas
(nunca esta demas recordar a un grande)



El autor no responde de las molestias que puedan ocasionar sus escritos:
Aunque le pese.
El lector tendrá que darse siempre por satisfecho.
Sabelius, que además de teólogo fue un humorista consumado,
Después de haber reducido a polvo el dogma de la Santísima Trinidad
¿Respondió acaso de su herejía?
Y si llegó a responder, ¡cómo lo hizo!
¡En qué forma descabellada!
¡Basándose en qué cúmulo de contradicciones!

Según los doctores de la ley este libro no debiera publicarse:
La palabra arco iris no aparece en él en ninguna parte,Menos aún la palabra dolor,
La palabra torcuato.
Sillas y mesas sí que figuran a granel,
¡Ataúdes!, ¡útiles de escritorio!
Lo que me llena de orgullo
Porque, a mi modo de ver, el cielo se está cayendo a pedazos.

Los mortales que hayan leído el Tractatus de Wittgenstein
Pueden darse con una piedra en el pecho
Porque es una obra difícil de conseguir:
Pero el Círculo de Viena se disolvió hace años,
Sus miembros se dispersaron sin dejar huella
Y yo he decidido declarar la guerra a los cavalieri della luna.

Mi poesía puede perfectamente no conducir a ninguna parte:
"¡Las risas de este libro son falsas!", argumentarán mis detractores
"Sus lágrimas, ¡artificiales!"
"En vez de suspirar, en estas páginas se bosteza"
"Se patalea como un niño de pecho"
"El autor se da a entender a estornudos"
Conforme: os invito a quemar vuestras naves,
Como los fenicios pretendo formarme mi propio alfabeto.
"¿A qué molestar al público entonces?", se preguntarán los amigos lectores:
"Si el propio autor empieza por desprestigiar sus escritos,
¡Qué podrá esperarse de ellos!"
Cuidado, yo no desprestigio nada
O, mejor dicho, yo exalto mi punto de vista,
Me vanaglorio de mis limitaciones
Pongo por las nubes mis creaciones.

Los pájaros de Aristófanes
Enterraban en sus propias cabezas
Los cadáveres de sus padres.
(Cada pájaro era un verdadero cementerio volante)
A mi modo de ver
Ha llegado la hora de modernizar esta ceremonia
¡Y yo entierro mis plumas en la cabeza de los señores lectores!

miércoles, junio 17, 2009

Música Ambiental

Detesto cuando se me quedan los audífonos.

No solo por el hecho que no puedo andar con la banda sonora del día, sino que porque no me gustan los sonidos de la calle, a veces (y para sorpresa mía en pleno Santiago) es demasiado silencioso.

No me gusta escuchar las radios On-Line, y nunca se me ha ocurrido traer música al Pc del trabajo, en una vida tan "móvil", me gusta tener los audífonos. por ultimo porque puedo abstraerme en la música mientras mi jefe trata de explicarme algo de lo que se después se arrepiente. al menos tengo una excusa.
Salgo a la calle y escucho la voz de la gente, la mayoría de las veces hablan de cosas discutibles, de puntos de vista propios que no quieren compartir con nadie, pero ahí están, como invisibles ideas liberadas al aire y dirigidas a mis oídos para tener que quedarme callado en vez de poder opinar como quisiera, mas que mal quien me conoce en la calle como para hacer eso?

Los ruidos de los autos me penetran el cráneo, hay veces que detesto vivir en Stgo. los bocinazos, las aceleradas de la gente enfadada, los grito, los vendedores, los que te piden dinero y los "le puedo hace runa encuesta cortita?" (mentira...jamás son cortas).

No es que piense en extraerme de la 'sociedad' ni mucho menos, pero hay cosas que uno no tiene por que escuchar, agresiones de todo tipo, a veces pienso que ya con verlas es mas que suficiente.

La música me ayuda a pensar, es así de simple, me inspira, me hace cambiar de ritmo al caminar e inclusive (para la molestia de la gente que anda sin audífonos) a veces me hace cantar.

No me gustan los ruidos de Stgo. menos cuando la gente grita, manda, pelea, hay cosas que uno no debe escuchar...

Extraño mis audífonos.

lunes, junio 01, 2009

El ascensor
(de la serie: formas en las que NO conocí a mi polola)

Traspase las puertas correderas y aprete el boton que mar
caba el piso de mi oficina, mientras se cerraban un extraño escalofrio recorrio mi espalda y vi que por las puertas, que se cerraban inexorablemente, me miraba ella. La habia visto un par de veces antes cruzandonos en las mismas puertas, mirandonos como queriendo hablarnos pero nunca con la desicion de detenernos.

Abrió su boca para decirme algo, pense que queria subir pero el ascensor ya habia cerrado sus puertas; esa rapidez con que subia, que era lo que mas apreciaba, ahora era el verdugo de tenerla conmigo en esa caja metálica.

El nudo que sentía en el estomago se me mezclaba con el vértigo que me hacia sentir todos los días aquel aparato que subía raudo, mi pensamiento divagaba en la mala fortuna de no haber sido lo suficientemente rápido en detener las puertas.

De pronto con un ruido sordo, el silencio.

La caja hermética había quedado detenida en el las entrañas del edificio.

Nunca he sido claustrofóbico, pero había pensado que si alguna vez me pasaría esto, me quedaría con alguien para conversar, por último con un psicópata(como en alguna película que vi alguna vez), pero estaba solo con una estupida voz que salia de un altavoz de pared que decia que la ayuda venia en camino.

Solo...y ella me había visto.

A veces pienso en que trato de advertirme, pero muchas mas me atormento con que las 4 horas 12 minutos que estuve en aquella caja, estuve solo. Y aun no se su nombre.

Ahora vengo... "Paseando por ahí me he dado cuenta de las cosas que hay a mi alrededor y que la mayoria de la gente pasa desapercibidas...