Definitivamente mis primeros pasos fueron una odisea, ya que no nací de una vez, sino que de fierros retorcidos y partes oxidadas, con mucho cariño, alguien volvió a unirme con mejores partes y distintas a las que ya conocía, pasando de un color jaiva a un fascinante tostado, una noche di mis primeros pasos, pero aun sin nombre.

Era raro, hay que decir la verdad, una cuando toma conciencia cree que todas las cosas están claras, pero como muchos infantes, tuve que aprender a que las cosas sucedieran de apoco y que a medida que sentía la necesidad de devorar metros y metros de camino, cada vez las cosas iban saliendo mejor.

Un día me llego a lo lejos el rumor de que me habían puesto nombre, es cierto, me sentía envidiosa, mi hermana tenia desde antes que la terminaran de armar, pero no obstante creo que me fue mejor. Emilia. Mi dueño me había bautizado.

Con espíritu de carrera, volví a las pistas como una bici, mezcla clásica, vintage y picadora, tan solo es cosa de que me presionen y salgo disparada como cometa.

Soy sumamente recatada, de líneas limpias, nada lujos innecesarios, ni cosas rococó. La pureza, la limpieza, tal vez un poco de menos es mas, pero con mejores frenos.

Me miran al pasar, ya que no hay otra como yo, a mucha honra puedo decirlo, y si bien mis paseos han sido hasta ahora solo por la V región, pronto voy a conocer santiago.

Así que de paseo por ahí, podemos vernos.

A santiago le quitaron el alma

Antes de irme, hice dos cosas que no podía dejar pasar antes de poner en funcionamiento el cuento del TranSantiago. Una subirme a una micro amarilla media destartalada que hiciera el recorrido más largo que pudiera, que me cortaran el boleto con la uña del dedo meñique, esa que mide centímetros, que me tiraran el vuelto por la cabeza y que ni siquiera me respondieran el saludo y como es obvio, comprarme algo de un vendedor ambulante, helado de chirimoya alegre dada “la calol”. Pero obvio, se subieron como 5 vendedores en el trayecto que hice.

Y me fui de vacaciones.

A la vuelta debo reconocer que solo se me ocurren tres efectos, que tal vez a nadie se le habían ocurrido hasta ahora de efecto TranSantiago:
1º A Santiago le quitaron el alma, es imposible pensar que hasta que me fui de vacaciones podría haber caminado por la alameda con el volumen de mi mp3 a termino medio para poder escuchar algo o que realmente pudiera sostener una conversación en dicha calle...impensable. Pero ahora, que vuelvo, me doy cuenta que realmente le quitaron esa alma bulliciosa a santiago, eso que nos decía que a las 6 de la mañana estábamos vivos cuando pasaba una micro rugiendo cerca de nuestra casa, realmente un milagro agradecido.

2º Por fin vamos a tener que aplicar agilidad mental para poder forzarnos a entender la enmarañada trama de los buses y realmente cual nos conviene mas tomar para que lado y como, sin tomar en cuenta que la mayoría va a tener que viajar de pie, se acabaron esas mañanas perezosas en que no teníamos idea en como llegábamos al colegio o al trabajo. Todos ejercitados mentalmente desde tempranito...total, no queda otra.

3º el aumento explosivo en el uso de bicicletas, y eso si lo encuentro bueno, vamos a tener que usar el antiguo artilugio pedalístico para llegar más rápido que motorizados a la pega a los lugares que antes usábamos para llegar rápido, aura esta ella, la incondicional y que va tan rápido como nosotros queramos! claro que vale la aclaración. Encuentro absolutamente mamones los que les ponen motor a tan noble corcel, esos ni siquiera merecen usar las ciclo vías, echarlos a la calle que es donde deben estar con casco y patente!!!

4º Por fin va a bajar la taza de sedentarios en chile!!! ya que después de todos vamos a tener que todos caminar para llegar a la micro... como alguien puede alegar por tener que caminar 10 cuadras si es lo mas normal que existe! y después vienen que somos obesos y no hacemos ejercicios... con esos ejemplos demás. Así que ya, a trabajar con zapatillas, para caminar lo que haya que caminar.

eso con la vuelta.

que bueno haberse ido un rato.

Camino. Lugares. Mar. Descanso.
Recuperar Fuerzas. Dormir hasta tarde. No hacer nada. Viaje.

en fin... Vacaciones

Nuevos paseos

Creo que las vacaciones son buenos momentos para nuevos paseos, nuevos lugares o lugares conocidos y nuevos rincones para conocer. Bueno, como sea, es agradable para los que vamos de vacaciones, el poder recorrer y ver nuevos lugares. Como sea, tengo nueva compañía para mis paseos por lo cual estoy sumamente felíz, después de mucho buscar y trabajar, al fin me llego la compañía para mis correrías.

En estos meses seguramente los posteos van a ser escasos, pero bueno, tal vez mucho mas fotos que escrito, aunque tratare de explayarme más ahora.

Como sea, creo que nuevos paseos nunca están demás, ya que de todas maneras, siempre hay algo bueno que se puede encontrar en alguna esquina de la vida.

Por cierto, mi nueva compañera se llama Emilia