Siempre pienso en temas que no entiendo.
Cuando era chico desarmaba los juguetes de mi hermano mayor, destornillador en mano descubría como diablos las cosas funcionaban, o creía entenderlo. Hasta el día de hoy me recuerda haber seccionado cada juguete sin después tener una pizca de idea como volver a armarlo.
Después pensé en descubrir los secretos del universo a través de la lógica filosófica y la idiotistica…conclusión? Ni de filosofo pude realmente, no porque era difícil ni “profundo” sino por siempre sacaba a mi profesor de filosofía de quicio por pensar en cosas disparatadas.
Cuando mas grande, descubrí uno de los grandes misterios de la humanidad…. Las mujeres. Y aquí 12 años después de haber tenido la suerte de involucrarme con algunas todavía no entiendo nada, pero no por eso desistiré, por lo menos esta vez voy bien encaminado, mucho mejor que las anteriores.
Luego vino mi bicicleta y por lo menos a ella pude desarmarla parte por parte, y gracias a Dios y a que con la edad vino la madurez, pude volver a rearmarla. Y vino mi primera bicicleta “La Cumbancha Volante” un velocípedo que por esos asares de la vida está esperando su reinvención bajo otro marco…pero claro, como el gustito no estaba perdido nació la Emilia, actual compañera de correrías, carreras a otros ciclistas y envidia automovilística cuando existen tacos.
Y es más que nada por esto último que me puse a pensar en la naturaleza humana y en la forma que pensamos, la mayoría de nosotros, egoísta y cómodamente.
Reconozco que me encanta andar por la vereda esquivando gente y claro muchas veces he tenido que aceptar el hecho de que me reten porque la gente se asusta, es normal, la mayoría de las veces paso como una exhalación por el lado sin molestar a nadie, me relaja y después de un día de trabajo realmente necesito divertirme aunque sea en esto. Esquivar gente es mas fácil que esquivar los autos, por eso a menos que se estrictamente necesario no me bajo a la calle. Los micreros siguen echándonos la maquina encima y los automovilistas si no respetan peatones menos a un ciclista. La ley de la selva se impone en la calle y definitivamente no estamos preparados para respetar nuestros propios espacios destinados. Se suponía que cuando bajo por la ciclo vía de Antonio Varas no debería ver mas que bicicletas, ya que la vereda a un costad deberían ir los peatones y en la calzada los autos.
Es lógico no?
Entonces por qué cada vez que hago dicho camino me encuentro cada vez con más peatones y autos estacionados en la ciclo vía?
Es tan diferente así caminar por la acera o por la ciclo vía cuando las dos son planas? Cuál es la idea? Realmente me enojo cuando veo a al gente caminando por donde no se debe o cruzando por donde no es debido, jamás toman en cuenta las consecuencias, y para mas remate si les llega a pasar algo echan la foca, quien los entiende?
Hace tiempo que decidí que nadie me iba a quitar mi sistema de transporte, ni los automovilistas con sus maquinas ni los peatones con su prepotencia, por ende si quieren ser respetados que respeten, actualmente cada vez que ando por la vereda le doy su espacio a los peatones, de hecho hasta freno para que pasen, entonces…por qué creen que me voy a correr cuando voy por mi vía exclusiva?? De hecho hay unos que hasta creen que me haré un lado y no…se llevan el susto cuando freno a escasos centímetros de sus caras…le estaré poniendo mucho? Será que como todos lo único que busco es un lugar en particular por donde poder ir sin que nadie me moleste? No me molesta compartir, en particular si no hay por donde más andar pero, no cuando cada uno tiene su ligar designado. Cuánto cuesta que le entre en la cabeza? Acaso somos tan egoístas y tan extremistas para apropiarnos de todos y no compartir ni comprender?
Los automovilistas tocan la bocina como si fueran dueños de las calles, señalizan creyendo que les da derecho en vez de estar avisando (los que señalizan) se les olvida que pierden la preferencia? Los ciclistas que no respetan a nadie también los detesto, esos que le lanzan la bicicleta encima a los peatones sin medir consecuencias (irán más lento y serán menos pesadas, pero un fierrazo duele a cualquier velocidad)
A veces pienso que la misma ciudad me ha alienado, que me vuelve cada vez más frenético y en vez de disfrutarlo cada día más pasa a ser un trámite. Creo que los 28.000 autos que entraron al parque automotriz no resiste los ánimos ni los nervios de la gente, ni los bocinazos ni la prepotencia son justificables. Por lo menos en verano la ciudad era agradable con miles y miles de personas fuera, era agradable transitarla, era agradable vivirla. Espero que el Otoño y el invierno traiga menos gente a las calles para poder seguir disfrutando de esos 15 min que me relajo yendo para mi casa.
Así que si se le ocurre andar por Antonio Varas, tenga cuidado si se pasa a la ciclo vía, no vaya a ser que un maniático ciclista se le ocurra darle un susto por acaparador de espacios.