Del festival y otras hiervas.

No, no se la crean, no voy a andar de opinólogo ni nada por el estilo, realmente lo que me concita a hablar del festival son dos cosas bastante especificas.

1º De todos los artistas que hasta el momento han venido (antiguos o de este año) definitivamente fueron un buen recurso de inspiración en la música que le falta al Soundtrack de mi vida. Y mientras escucho la “famosa” Dust in the wind de Kansa, pienso nuevamente en toda esa música que de una u otra manera han influido positivamente o negativamente en mi vida…vamos, se que no soy el único que se aferra a ciertas canciones con sentimientos, alegres, tristes o indiferentes. Por suerte no soy de esos que cuando asocia canciones a algo o alguien deja de escuchar las canciones, lo encuentro un desperdicio…se que hay momentos que canciones no las escucho porque no es el momento, pero nada más…

Por lo demás, no iba a eso. O tal vez si, porque cuando escuche (y baile) a Juan Luís Guerra en mi pieza, recordé todas aquellas fiestas de colegio en que se bailaba merengue, y sí, reconozcámoslo al principio no bailaba nada y envidiaba como mis amigas y compañeras de curso bailaban entre ellas… definitivamente desde ese entonces ya nos quedábamos atrás meneando las caderas.

Sin contar a A-HA, que me recordó demasiadas canciones que yo escuchaba en al auto de mi papá y me encantaban pero jamás supe de quienes eran (a demás siempre terminaba poniendo la Aurora).

2º ………………………

Jajaja, creo que mezcle los dos puntos...

Pero bueno, lo que realmente quería decir, era que es inevitable no relacionar canciones con épocas de nuestro pasado, así como en “Extraña Frecuencia”, donde el protagonista de una historia retrocedía al pasado por una canción que había escuchado antes de tener un accidente de automóvil… extraño… pero generalmente nos sucede lo mismo, y volvemos a tener las mismas sensaciones que cuando vivimos el momento, el color, el olor, la sensación en la piel, y hasta el sentimiento que teníamos mirando a “aquella” persona mientras bailábamos un lento, o la sensación de unos húmedos labios en el lógico y típico lento de cualquier fiesta, entre otros recuerdos claro.

Ahora, ya que los recuerdos son pasados, y no queda nada más que hacerle que recordarlos con cariño, uno se puede dar el lujo de coleccionar la música que uno añora en cada uno… tal vez por eso esta de moda la música Kitsch, onda “Chica rica” o Gerardo o “mi Abuela”…todas esas canciones que marcaron un pequeño recuerdo y que desencadena muchos más. Sip, ahora uno se puede poner a coleccionar esa música, mirándola con gracia…con mucha gracia…al punto de tener un ataque de la risa en plena calle y todo el mundo te mira raro…pero eso pasa por disfrutar mucho de la música… y de los recuerdo.

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