Era raro, hay que decir la verdad, una cuando toma conciencia cree que todas las cosas están claras, pero como muchos infantes, tuve que aprender a que las cosas sucedieran de apoco y que a medida que sentía la necesidad de devorar metros y metros de camino, cada vez las cosas iban saliendo mejor.
Un día me llego a lo lejos el rumor de que me habían puesto nombre, es cierto, me sentía envidiosa, mi hermana tenia desde antes que la terminaran de armar, pero no obstante creo que me fue mejor. Emilia. Mi dueño me había bautizado.
Con espíritu de carrera, volví a las pistas como una bici, mezcla clásica, vintage y picadora, tan solo es cosa de que me presionen y salgo disparada como cometa.
Soy sumamente recatada, de líneas limpias, nada lujos innecesarios, ni cosas rococó. La pureza, la limpieza, tal vez un poco de menos es mas, pero con mejores frenos.
Me miran al pasar, ya que no hay otra como yo, a mucha honra puedo decirlo, y si bien mis paseos han sido hasta ahora solo por la V región, pronto voy a conocer santiago.
Así que de paseo por ahí, podemos vernos.
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