El País de Octubre
(o que sería de mi vida, sin mi)

… el país donde siempre está haciéndose tarde.
El país donde las colinas son niebla y los ríos neblina;
donde el mediodía pasa rápidamente, donde se
demoran la oscuridad y el crepúsculo, y la medianoche
no se mueve. El país que es principalmente sótanos,
subsótanos, carboneras, armarios, altillos, y
despensas, alejadas del sol. El país que habitan gentes
de otoño, que solo tienen pensamientos otoñales.
Gentes que pasan por las aceras desiertas
con un sonido de lluvia…

Es raro a veces como nos asaltan los recuerdos de la nada y llegan a nuestra cabeza cosas aprendidas en los confines del tiempo y albergados en los jardines de la memoria. Nos arrasan como olas gigantes a las cuales no se les puede hacer el quite, no se les puede pasar por arriba, ni tampoco pensar que no nos van a mojar y es en el segundo antes de que se nos abalance como una bestia hambrienta que nos dejamos caer en el tibio embrujo de un recuerdo…

En dos días creo que he sido mecido entre ola y ola de recuerdos, los cuales, quisieralo o no, son parte de mi alma, y a pesar de no muchas veces lograr invocarlos concientemente, vienen a mi recurrentemente con cada mirada perdida.

Y mientras olores, caras y canciones me llevan lejos en un fresca noche de primavera, pienso que realmente todo el camino recorrido no ha sido en vano, que finalmente la calma en mi interior llena por completo los rincones y puedo flotar relajadamente en el mar de mis pensamientos; y respiro hondo mientras las ideas salen de mi cabeza a mis dedos y se transforman en palabras sin mucho sentido… y mientras un viejo libro inunda mi pieza a olores vainilla, los recuerdos nuevamente me asaltan como ladrones de mis nuevos pensamientos, y no me dejan con nada mas que con imágenes de historias pasadas.

Y mis nuevos pasos son mas firmes que antes y tan largos que recorren demasiada distancia. Y mis nuevos pensamiento se concretizan al pensarlos y al final del día he logrado mas que en años, mas que en la vida…es demasiado cliche pensar en vivir el día como si fuera el ultimo, o el que cada uno sea un triunfo, pero cada día es nuevo y abre demasiadas opciones…es tan solo caminar a tomarlas y vivir la pena de no recorrer el resto, y la alegría inmensa de vivir así… un paso a la vez.

Y si bien se que esto va a ser tal vez demasiado raro para quien lo lea, es parte de la auto-terapia que sigue siendo este blog…tal vez fue solo por los otoñales recuerdos que me trajo un libro.

Para todos aquellos en un parpadeo, pasaron a ser parte de mi vida.
vamos por las 20...