El ascensor
(de la serie: formas en las que NO conocí a mi polola)
Traspase las puertas correderas y aprete el boton que mar
caba el piso de mi oficina, mientras se cerraban un extraño escalofrio recorrio mi espalda y vi que por las puertas, que se cerraban inexorablemente, me miraba ella. La habia visto un par de veces antes cruzandonos en las mismas puertas, mirandonos como queriendo hablarnos pero nunca con la desicion de detenernos.
Abrió su boca para decirme algo, pense que queria subir pero el ascensor ya habia cerrado sus puertas; esa rapidez con que subia, que era lo que mas apreciaba, ahora era el verdugo de tenerla conmigo en esa caja metálica.
El nudo que sentía en el estomago se me mezclaba con el vértigo que me hacia sentir todos los días aquel aparato que subía raudo, mi pensamiento divagaba en la mala fortuna de no haber sido lo suficientemente rápido en detener las puertas.
De pronto con un ruido sordo, el silencio.
La caja hermética había quedado detenida en el las entrañas del edificio.
Nunca he sido claustrofóbico, pero había pensado que si alguna vez me pasaría esto, me quedaría con alguien para conversar, por último con un psicópata(como en alguna película que vi alguna vez), pero estaba solo con una estupida voz que salia de un altavoz de pared que decia que la ayuda venia en camino.
Solo...y ella me había visto.
A veces pienso en que trato de advertirme, pero muchas mas me atormento con que las 4 horas 12 minutos que estuve en aquella caja, estuve solo. Y aun no se su nombre.
4 comentarios:
Que extraño...
¡Que horror! ¡Me muero si me llegara a pasar algo así! Haber tenido un flechazo y después haber perdido la oportunidad de quedarme encerrada 4 horas con él en el ascensor...
Un abrazo.
Anaís S.
No solo ella te había visto, ahora estaba cagándose de risa de tu desgracia. Las mujeres son así.
mmm
Publicar un comentario