Encuentros fugaces a la Medianoche
(si a veces también me da por escribir pseudo-cuentos)

"A punto de cerrar la puerta de su departamento, sintió un empujón que lo desbalanceo y casi lo tira al suelo. Una mano de rojas uñas afirmaba la puerta para que esta no se cerrara de lleno. Entonces recordó. Medianoche. Como una gata que no quisiera que se le escapara la presa se escabullo por la ínfima apertura de la puerta y dejo el olor de su perfume al pasar frente a él.

Como un embrujo cerro la puerta de un golpe y la siguió. Donde? realmente no importaba.

Dos copas de vino en el bacón habían aparecido como por arte de magia con aquel regalo nocturno, la ciudad cabeceando de sueño, jamás seria testigo de este encuentro furtivo. Un beso en el cuello iniciaba el rito. Pelo revuelto, caricias arteras, el dulce sabor de unos labios que se mezcla con lo salado del sudor, las manos perdidas en rincones del cuerpo, exploraban, conocían, descubrían nuevas cosas, nuevas sensaciones, viejos recuerdos se venían a la cabeza.

Cuantas veces ha pasado esto? 10, 20? realmente importaba? Ls noches se sucedían como viejos recuerdo sacados de lo profundo de la razón y la sensación.

Un revoltijo de piernas y sabanas, de gritos y besos, un ir y venir de sensaciones hasta caer en esa dulzura del sopor, en ese exquisito cansancio, de cuando el corazón lentamente se calma y ya no quiere salir del pecho.

Así como venia se fue como una sombra dejando su olor en el aire, su recuerdo en la cabeza, y sus marcas en el cuerpo. Y así como vino, abrió la puerta y desapareció en la penumbras..."