martes, octubre 25, 2005

Primer paseo....
Terminaba la noche y una dama de dudosa, pero famosa reputación, caminaba por la calle más rápido de lo normal, su instinto le decía que debía aligerar el caso camino a casa. Doblo una esquina, dos, tres pasos y vio una sombra que paso rauda. - No es nada -, se dijo, pero sus piernas forzaron un trote, pronto escucho unas pesadas pisadas que venían tras ella. Se dio vuelta para confrontarlo, como hacia siempre, pero esta vez no fue como debió haber sido.
Al día siguiente todos los periódicos y noticiarios mencionaban el hecho, “Puta queda como colador”, “Ratones asesinos hacen de las suyas”, “La dejaron como brocheta!”. Extrañamente nadie sabia lo que en realidad había sucedido, pero todos tenían un poco de razón, tal vez mucho de equivocados.

Se llamaba Diego y era un chico normal, tenía 4 comidas al día, dormía 8 horas, tenía trabajo y un departamento; tenía como hobby coleccionar estampillas y monedas de peso. Muchas madres lo catalogaron como un yerno ideal… Un día de sol, caminaba sin preocupaciones, lento pero seguro a un lugar sin destino, al pasar por la entrada de un Mall escucha: - Señor, tengo esta oferta de celular…-. Muchas veces lo había escuchado y las mismas veces había pasado de largo diciéndose – Pa’ que!?-. Pero esta vez, extrañamente, dio vuelta la cabeza y la vio, su expresión de estúpido, boquiabierto y baboso pareció conmover a la promotora, que con un rápido movimiento lo agarro del brazo y empezó a recitar el discursillo vendedor; él sin entender mucho aún decía a todo que sí.
Así obtuvo su celular, tal vez como se han vendidos muchos, pero no como éste.
La promotora como lo exigía su profesión le dijo – Y si tiene algún problema me llama- a la vez que le pasaba una tarjeta con su numero personal.
Caminó a su casa, siempre pensando en ella y absorto del mundo. Así nunca supo que había cruzado diez semáforos en rojo, que había botado una monja y le dijo obscenidades a unas niñas y tampoco que había entrado al baño de mujeres (eso explicaría los rasguños). Cuando por fin se sentó en el sofá con la tarjeta en la mano y el celular en la otra, sabía lo que tenia que hacer. Llamó. Mientras marcaba recordaba sus hermosos ojos y pelo, el tiempo se hizo insoportable, pero al fin conecto – Tu, tu, tu, tu, tu…- ocupado – Llamaré más tarde-. Ahí comenzó todo.
Diego durmió en el sillón esa noche soñó con ella, la respiraba y sentía; pero ella siempre repetía las mismas palabras – si tiene algún problema me llama…. si tiene algún problema me llama… si tiene ….- Dio muchas vueltas hasta que calló al suelo, la voz resonaba cuando despertó. Marco redial en su reluciente celular… escucho como el sonido navegaba por el espacio…– Tu, tu, tu, tu, tu…-ocupado. Sus uniones neuronales reventaron, un inexplicable enojo nació en su mente, el celular aun ocupado sonaba en su mano. Colgó. Marcó otra vez…aun ocupado. Su desesperación fue en aumento, quebró un par de tazas, le dio veneno a los peces y se tomo un vodka triple. Sus impulsos se calmaron por un instante, tratando de razonar, pensar en otra cosa, pero no pudo. Marcó otra vez. Estaba vez llamaba!, el suspenso lo mataba, de pronto una voz salió por el auricular… - Nuestro cliente tiene el celular apagado o está fuera…- fue inevitable. Se desquició.
Salio a la calle, salió a buscarla celular en mano, seguía marcando sin parar siempre con la misma respuesta, ocupado.

Caminó y caminó. Fue al mall donde la vio, pero solo el puesto vacío estaba ahí, corrió a otros sitios con los mismos resultados. El celular en la mano. De pronto, doblando una esquina en el centro de la ciudad, la vio. Corrió hacia ella y se le acerco por la espalda. Le grito - ¡¡¡ Por qué mierda no me contestas!!! – La antena del celular brilló en el cielo nocturno. Arremetió contra ella. La sangre corrió por la vereda hasta llegar a ala alcantarilla. El silencio se hizo presente y a lo lejos solo un tono invadía el espacio – Tu, tu, tu, tu, tu…-
Diego abrió los ojos y se dio cuenta que no era ella, retrocedió unos pasos, miro sus manos y la sangre en el celular. Lo limpio con la camisa y volvió a marcar. Seguía ocupado. Su enfurecimiento creció.
Camino sin destino, buscando y marcando, enfurecido y enceguecido por un amor sin respuesta.
Entro a muchos lugares esperando encontrarla, pero todo fue inútil, su desesperación aumentaba, sus ropas estaban desordenadas y ensangrentadas, pero no parecía importarle a nadie, menos a él.
Parado en una esquina cualquiera marco otra vez… la vio. Se abalanzó sobre ella, enceguecido por horas y horas de esperar hablarle, la tomo por los hombros y la zarandeo, la mujer gritó y mediante patadas y arañazos logró deshacerse de él. Corrió lo que más pudo, pero fue todo inútil. La antena brillo sobre la cabeza de Diego. La mujer se desangraba en forma rápida, el callejón donde yacía se llenaba de olor a muerte, pero otra vez no era ella, otra vez una victima, otra vez ocupado.
Ricardo era policía, y estaba saliendo de un pub después de un largo día de trabajo, vivía solo y trabajaba para si mismo; comía cuando quería y sinceramente estaba aburrido de su carrera, pero como siempre pensaba – la sangre tira- tenia una larga ascendencia policial. Arreglaba su chaqueta mientras caminaba por la calle, la pistola en la cintura, se le calló a la vereda, cuando se aprestaba a recogerla se dio cuenta que estaba manchada de sangre que provenía de un callejón cercano, siguió el hilo rojo hasta encontrar el cuerpo abandonado en el callejón, brutalmente agujereado. Sus instintos lo hicieron espabilarse, soltó el cigarro que traía en la mano cayendo al lado de la mujer, empapándose de rojo. Y salio en persecución.
Diego seguía marcando. Seguía ocupado. Su caminar errante se fundía con la determinación de encontrarla. Su voz volvía a sonar dentro de su cabeza – si tiene algún problema me llama, si tiene algún problema me llama… - Gritó.
Ricardo se estremeció al escucharlo a la lejanía, pero sus instintos lo obligaban a seguir adelante y encontrarlo. Corrió calles vacías y escucho asalto y golpizas, pero nada le importaba más que encontrarlo.
Diego parado en un parque volvió a marcar. Ocupado. La noche terminaba y la claridad invadía todo. Tenia que ir a trabajar, caminar por calles atestadas de gente y ver miles de caras, pero no antes de encontrarla, no antes de hablar con ella. Miró su mano y al celular que aferraba, levanto la vista y la vio. Pro fin la vio, corrió hacia ella y la sujeto por la espalda, la mujer se resistió.
Ricardo llegaba a la esquina cuando vio la escena. Alzó la pistola y grito alto.
Demasiado tarde, la antena del celular relucía en lo alto. La mujer gritó y Diego cayó abatido por un balazo que le cruzo la cabeza, el celular llamaba – Tuuuu, tuuuuu…Alo? ALO?!...malditos bromistas – Ricardo se acerco al cuerpo, la mujer estaba inconsciente tirada en el piso, Diego destrozado. El celular a un lado indicaba el último número discado, lo tomó y marcó – tu, tu, tu, tu, tu, tu…-. Ocupado. – Llamaré más tarde- pensó.
Ahí comenzó todo.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

por más q la busque no la encontre, porquéme promete algo si después no lo cumple.....quería escuchar su voz, pero sólo me constestaba la maldita operadora......creí verla en cada mujer, pero no era ella!!!.....ahora él sabra lo que se siente, porque tampoco querra quearse ocn la duda y buscará con fervor saber kien es la persona al otro lado de la linea.....y cuando lo sepa, correra mi suerte....ahí comenzara todo

Anónimo dijo...

còmo es posible que una persona te obsesiones tanto???.......fueron menos de 5 minutos que la vio........y si se obsesiono tan ràpido porquè tenìa que reaccionar en forma tan violenta?....còmo se llama eso???....pasiòn??, puede llegar a ser tan enfermiza que ni sikiera se puede controlar?.....muchas dudas! lo que si tengo claro es que el celular es una arma peligrosa asi que mejor no lo miro mucho, porque a lo mejor me tiento y puedo utilizarlo en caso de desespero....

Leonardo López Orozco dijo...

Asi como la obsesión puede convertirse en una enfermedad, también lo puede ser la desidia, vivir la vida tal como viene es lo importante, afrontarla con la verdad por delante y siempre siendo consecuente con los propios pensamientos e ideales.
Cuando la antena reluzca una nueva vez sobre un cuerpo en la cruda noche, sabremos si las obsesiones son o dejan de ser enfermedades.


No dije nada..jejeje

Gracias por los aportes y comentarios!!!
finales alternativos mejor!!!

Anónimo dijo...

ME PARECE QUE LAS COMUNICACIONES Y LA TECNOLOGIA ESTAN INTIMAENTE LIGADAS...PAVADAS COMO DIRIA UN AMIGO, HOY TODOS ESTAMOS UN POCO LOCOS, SI EL LOCO SE ENAMORO TRAS CINCO MINUTOS DE LA PROMOTORA Y ESO LO LLEVO A TENER SU DIA DE FURIA, HAY QUE RESPETARLO, SIMPLEMENTE SI VES A UN LOCO CON UN CELULAR MANCHADO DE SANGRE, CORRE, TU VIDA ESTA EN PELIGRO...

MI FINAL ALTERNATIVO ES EL SIGUIENTE:

en el momento en que Ricardo disparaba su pistola y nuestro enamorado pasional destruia la vida de la promotora de celulares de quien tan locamente se habia enamorado hacia unas hora, en la esquina estaba yo, con mi celular de última generaciòn filmando en formato de 320 X 260 la escena y enviandosela a mis primos para demostrarles la comodidad de tener un celular con antena incorporada....

Anónimo dijo...

Yo habria contratado a un lanza pa que pasara corriendo y le robara el tu tut tu al pobre Diego , eso lo habria salvado... justo cuando se necesitan...pa mala le toco un paco loco de esos que sobran y que ni siquiera preguntan si fuiste tu... too por la culpa del tal lavin y su plan contra la delincuencia...habria sido el momento pa redimir a los lanzas!!!

Ahora vengo... "Paseando por ahí me he dado cuenta de las cosas que hay a mi alrededor y que la mayoria de la gente pasa desapercibidas...