Cuentos de ciudad II

Veo gente pasar mientras espero verte aparecer en un confuso horizonte.
Vislumbro tus ojos en una maraña de caras y tengo la certeza de que ahí estas tú.
Caminas decidida entre la gente que detiene tus pasos y alargas los brazos para que yo te tome entre los míos y girando entre las masas te beso.
Que natural resulta el encuentro de dos cuerpos que se reconocen antes aun de conocerte, el toque gentil de dedos que recorren la tersa piel de dos enamorados.