Hoy he pasado todo el día pensando en letras, las que viene, las que vendrán y las que debería haber dicho en algún momento preciso. Y me cuestiono sobre el valor de la palabras, tal vez un gesto, tal vez un acto (una imagen vale más que mil palabras).
Pero que tan cierto es lo valido de una imagen, cuando tal vez un par de palabras nos dejan marcados para siempre y se vienen a la cabeza en el momento más, o menos, oportuno. (Hace mucho tiempo, en una galaxia muy , muy lejana ...) Entonces caigo en cuenta de que agradezco el hecho de ser un lector ávido, que me devoro cuanto libro pase por mis manos, si bien debo hacer el mea culpa que no todos los termino, muchos me han dejado con una cantidad de buenas frases. (En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordar-me…)
Entonces me pregunto, es solo a mi que me marcan las freses que de una u otra manera marcan el paso de mi vida? Es acaso que en esos momentos menos esperados es cuando me acuerdo de los libros, revistas, comics y tanta otra lesera que leí? (¿Querías matarme? Bajo esta capa no hay carne ni huesos que matar. Sólo hay una idea. Las ideas son a prueba de balas.) Tal vez es de ahí que me vienen las ganas de escribir, de creer que de esta forma puedo perpetuar un pedazo de lo que pienso.
Muchas veces son solo consignas, muchas veces pensamientos, pero por sobre todo y por casi todo este día me ha perseguido un par de palabras que cuando las leí por primera vez me quedaron marcadas para siempre, por su sencillez, por su profundidad y por todo lo que puede encerrar algo tan sencillo como escribir “Llámenme Ismael”
Estracto - Nicanor parra
Yo soy el Individuo.
Primero viví en una roca
(Allí grabé algunas figuras).
Luego busqué un lugar más apropiado.
1 comentario:
hice la vida y la muerte y no puedo dejar de ser el individuo.
No quiero.
A veces sí.
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